El equipo de ¿Y esto quién lo garpa? dialogó con el presidente de la Confederación Económica de la provincia de Bs. As., acerca del aumento de precios durante la transición presidencial.
¿Los precios son relativos en relación a los costos? ¿Es especulación?
– Siempre hay especulación. Un empresario va a ganar lo que pueda, no hay un límite. Si al producir menos, se puede ganar más porque el punto de equilibro lo permite, se hace. Lo que muchas veces rige es la cantidad de compra del consumidor, no las medidas de los precios acordados. Más del 40% de las góndolas y de los carritos de los supermercados son impuestos. Tiene que haber un acuerdo de precios y de desarrollo de estructuras.
¿Cuál fue el porcentaje de aumento para que algunas de las especulaciones lleguen al 45%?
– Nosotros ajustamos el precio, no remarcamos. Si nos aumentan el 20%, aumentamos eso, no más. Quien aumenta y toma la decisión del aumento es la cabeza de cadena de valor. El problema que tenemos en el país es qué hay seis o siete multinacionales, o alguna empresa nacional que trabaja como multinacional, que son las que manejan el 80% de los productos en la Argentina. Tenemos muchas empresas pymes. En Berisso hay pymes alimenticias que pueden proveer ahí. Queremos desarrollar una política de posicionamiento de marca, porque sino no podemos competir. En la provincia de Buenos Aires tenemos dos realidades: la del conurbano, que no puede competir con este tipo de políticas, como si lo puede hacer el interior.
En el debate, Javier Milei barajaba la posibilidad de finalizar con la coparticipación federal. ¿Qué pasaría en la provincia de Buenos Aires si la coparticipación se corta y comienza a generar sus propios recursos?
– Nos convendría muchísimo, porque la provincia que genera entre un 40 y un 50% de la industria, de la producción, del trabajo y de la riqueza del país, tiene un 25% de coparticipación. Nos convendría porque estamos segregados fiscalmente. Uno siempre trata de sacarle al que le va mejor, para darle al que más necesita. El Estado hace eso; le saca a la provincia de Buenos Aires y le da a otras provincias. Esto tiene una consecuencia, ya que no tenemos rutas para llevar la producción. Es consecuencia de una segregación fiscal de muchos años.
