El equipo de ¿Y esto quién lo garpa? dialogó con el director de la consultora Solmoirago, acerca de la alianza de Javier Milei con Patricia Bullrich.
¿Como ves la situación después de la elección? Hay un movimiento en el sistema político que no se daba hace años.
– El movimiento uno creía verlo antes. Si uno ve el proceso antes de las PASO, ve que Mauricio Macri comenzó ciertos coqueteos con Javier Milei y su grupo. Todo indicaba que si él accedía al balotaje, Macri lo iba a apoyar. Acá el problema es la forma en el que se dio. Si Macri hubiese convocado al Congreso Nacional del PRO, hubiese realizado una propuesta, todo el partido tomaba una posición, y se llevaba a la mesa nacional de Juntos por el Cambio y se tomaba una decisión, sea cual fuera, iba a seguir los carriles normativos que tiene ese frente. Lo que sucedió fue que Mauricio convocó a Milei y a Patricia Bullrich y realizaron un acuerdo. Parece ser que para ese sector es más como un grupo de amigos, en vez de un partido mucho más institucionalizado. La reacción del radicalismo, de los gobernadores y de la Coalición Cívica se debe a eso, más allá de la postura.
¿Esta actitud de Mauricio Macri es una postura de supervivencia personal o es una revancha?
– Es un poco de todo, el enfrentamiento con Horacio Rodríguez Larreta, su incómoda relación con los radicales y la relación trunca con Sergio Massa y con el kirchnerismo. Son muchos factores que llevan a Macri a apoyar a Milei.
Esta alianza, ¿a quién rompe más? ¿A JxC o a La Libertad Avanza?
– Todos pierden porque, en principio, Milei pierde identidad. Antes de tener buena imagen, lo principal es tener identidad. Con esto, perdieron un poco de eso. El discurso se ablandó por completo; de la dureza extrema, pasó a ser un flan. Sumado a los puntos que anunció Patricia Bullrich, prácticamente no queda nada de las propuestas iniciales de Javier, porque para hacer ese acuerdo, ese grupo del PRO puntualizó qué no acompañan de él. Nombraron todas las cosas con las que Milei se posicionaba como un hombre más duro en cuanto a lo político. Por otro lado, también, al perder identidad, puede haber cierto drenaje de votos. Gente de JxC que va a acompañarlo y gente libertaria que confió en que no se iba a tranzar con la casta.
