Mateo Lazcano y Lola Gontero dialogaron con Fernanda Miguel y Tamara Rossi, integrantes de «La Defensoría de Laburantes».
¿Qué es La Defensoría de Laburantes? ¿Qué hacen?
– Somos una organización social que se encarga de acompañar reclamos individuales y colectivos, de distinta índole, de manera interdisciplinaria, que es la característica que nos diferencia de otras organizaciones. Tenemos abogados y abogadas en nuestras filas, trabajadores sociales, sociólogas, comunicadoras. Tratamos de encarar todos los acompañamientos y todos los reclamos que nos llegan de manera interdisciplinaria, sin pensar en que el ejercicio de una profesión o de una disciplina es más importante que la otra. Nos permite una mirada más integral y humana.
Cuando hay distintas miradas, se puede entrar en tensión y sacar algo en común, a diferencia de ser pocos, ya que el tema sería más cerrado, con un solo punto de vista.
– Somos muy críticos de la abogacía, del ejercicio de la abogacía liberal. Siempre está a disposición de la continuidad del sistema, y no siempre a disposición de la defensa de los derechos de las personas, de los sectores más vulnerables. Con esa idea nació la Defensoría.
¿Dónde está la defensa familiar y la defensa laboral?
– Con respecto a lo laboral, es la defensa de los derechos individuales, ya que, en Argentina, hay una altísima tasa de trabajo precarizado. En lo familiar, abarca todas las complejidades propias del régimen de alimentos, de comunicación, divorcios, sucesiones; si existe algún conflicto, lo podemos gestionar. Los reclamos sociales están muy vinculados a que muchas de las personas que se acercan con estas problemáticas, pertenecen a sectores vulnerables de la sociedad. Hay una cuestión interseccional de la vulneración de los derechos. Sus derechos son vulnerados en el acceso a la vivienda, en el acceso a la salud y a la educación. Ahí tenemos la posibilidad de actuar y de intentar sacarle al sistema o a quien tenga la respuesta, la solución para esas personas0