Damián de Santo: «Me vuelve loco hacer el 69»

Entrevistas

Yanina Granda y el equipo de Amigas del Sexo charlaron con el actor sobre su vida sexual.

¿Recordás alguna anécdota graciosa que te haya pasado durante el acto sexual?

– Yo creo que la diversión es parte de las relaciones. Conocí una chica que le encantaba hacer strip-tease y era lindo, pero a la vez era divertido. Era como la peli de Arnold Schwarzenegger con Jamie Lee Curtis. Eso me paso también. Ella me agarró así, en mi casa. Me llevaba caminando hacia atrás, se comió un escalón y se pegó la cabeza en la cama; se abrió el cuero cabelludo. La tuve que vestir, ponerle una toalla en la cabeza porque le salía sangre y la llevé al hospital para que le den tres o cuatro puntos. Después la llevé a la casa. Imaginate que me quedé con unas ganas bárbaras de que terminara el strip-tease, pero terminamos en la guardia del Durán.

¿Cuál fue el lugar más raro donde tuviste sexo?

– Raro que no repetiría; en el mar. Por una cuestión de agua y lubricación. No son compatibles. No la pasé muy bien. Más que nada era una picardía que un disfrute. No lo vuelvo a hacer. Para algo inventaron las camas.

¿A qué edad fue tu primer relación sexual?

– Debuté a los 12. Esto fue así; yo estaba en el baño de Hipólito Vieytes, y veo anotado ‘¿querés debutar con cariño? Blanca te espera. Díaz Vélez tatata 5to piso. Llevá carpeta porque dicen en administración que es maestra particular’. Llamé a tres compañeritos míos, juntamos la plata como pudimos, la llamamos por teléfono y fuimos. Habíamos llevado los preservativos en la mano, hermoso. Cuando ella abrió la puerta, nos escondimos en la escalera y salió un señor. Ella tenía veintipico de años. Entonces, golpeamos la puerta. Nos estaba esperando con galletitas y café con leche, divina. Y las revistas porno entre las galletitas. La saludamos, todos le dieron un beso en la mejilla, y yo le dí un chupón. ‘ah, mirá, estás ansioso. Vas a pasar último’ me dijo. Salió el primero con los ojitos brillantes. ‘¿Y? ¿qué onda?” le pregunté. ‘es divina’ me contestó. Pasó el otro, pasé yo. Yo no voy a decir nada más, pero imaginate que yo entré último. Dije ‘bueno, que sea lo que Dios quiera’. ‘Quiero conocerla’ le dije. Entonces me la mostró. Yo no había visto nunca una vagina en mi vida. Me quedé helado. Ella me explicó didácticamente qué era cada cosa, me enamoré. Llegué a mi casa, y mi mamá me dijo ‘vos tenés cara de haber tenido sexo’. Se ve que tenía una sonrisa pintada en la cara.

¿Cuál es tu parte femenina?

– Uy tengo un montón. Soy muy hacendoso en la casa. Soy muy limpito, muy aplicado. Últimamente, siempre me pasó, pero cada vez me pasa más con los años, me emociono mucho. Escucho un tema o una película y se me llenan los ojos de lágrimas. Con los años el hombre empieza a aflojar y dejar ese rol que le dieron alguna vez. La mujer empieza a endurecerse y el hombre se sensibiliza más.

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