El equipo de «Desparejos con Humor» dialogó con el ilustre cantante y guitarrista, que además de rememorar sus inicios y parte de su trayectoria musical como solista y en diversas bandas como Riff, enfatizó en el valor de la calidad humana.
A pesar de la inmensa cantidad de referentes que posee la rica historia del rock nacional argentino, lejos están de ser sencillos los méritos para formar parte de ella. Más aún, para destacarse con una imagen intachable durante tantos años. En ese sentido, Juan Antonio Ferreyra, el portador de tres iniciales emblemáticas, indudablemente integra ese valioso conjunto de grandeza técnica y humana.
Símbolo del rock en los años 80 y 90, JAF explota sus talentos nada más ni nada menos que desde los 10 años, cuando comenzó con «La máquina infernal«. Tras ese inicio, que luego comenzó desarrollándose en la mística del Café Concert hasta antes de comenzar en Riff, surgieron cambios trascendentes, tanto en el ambiente como en la forma de vida del artista: «A principios de los 80 hubo un cambio grande porque en el ambiente entró cualquier cantidad de droga. Había gente muy desprevenida que no sabía lo nocivo que era eso. Con el avenimiento de la droga en gran cantidad aparecieron todos los problemas graves hasta que se transformó en esto que hay hoy«.
Por otro lado, el guitarrista detalló sobre cuales fueron las perspectivas que lo condujeron desde un inicio desde cero a llegar a ser telonero de Eric Clapton y Joe Cocker: «Hay muchos valores que mis padres, que son mis ídolos, me inculcaron de chico», resaltó. A su vez, confesó tener la fortuna de ser aconsejado en un recital por uno de sus máximos ídolos en la juventud, Ian Gillian (Deep Purple): «Me dejó en claro que si no sos humilde, nunca vas a ser grande. No sabía el significado de la humildad en un primer momento pero lo aprendí de adulto: es una postura que implica saber quien es uno y saber que el que está en frente es igual a mí».