El equipo de Hay un Mañana dialogó con “El mago sin dientes”, acerca de sus inicios en la tv y de su escuela de magia.
¿Con qué te encontrás en la escuela de lo Mago sin dientes?
– Primero, con un local lleno de juegos de magia, que tiene muchos clientes, y algunos son magos profesionales. Hay desde juegos chiquitos hasta grandes ilusiones. Te anotas, las clases son de una hora y media, aprendes diferentes juegos, a cómo pararte frente al público, puesta en escena, desenvoltura artística, técnicas para atraer la atención del público. Hay parte teórica y práctica, y esta última es la que uno ve con los elementos, cuando aparece o desaparece algo. La parte teórica es un poco la historia de la magia y cómo expresarse, moverse, hablar. Es una vez por semana.
En un mago, ¿cuál es la importancia del carisma?
– Es una gran parte de todo artista. En el caso del mago, este tiene que tener ese carisma de transmitir y el carisma de asombrar, porque tenes que asombrar y sorprender a la gente, más allá de comunicar, ya que el mago comunica y muestra que lo imposible, lo hace posible. Es un creador de ilusiones.
¿Cuánto cambió tu vida desde el incidente con Ricky Maravilla?
– Mucho, fue un antes y un después de esa famosa piña, porque hasta ahí yo venía haciendo magia en espectáculos. Me convocaron para un programa de televisión, para grabar cámaras ocultas con distintos famosos. Yo no era conocido, era un mago más. La joda era que un truco de magia me salga mal. Ricky se enojó y terminó dándome una piña, la cual me partió un diente. Cuando Marcelo Tinelli me vio en el estudio, pregunto “¿a dónde está El mago sin dientes?” Cuando dijo así, yo dije acá esta naciendo un personaje.
